La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el agua contaminada como aquella cuya “composición haya sido modificada de modo que no reúna las condiciones para el uso que se le hubiera destinado en su estado natural”.
No estamos hablando de cualquier recurso. Recuerda que se trata de nuestro principal recurso natural, fuente de nuestro bienestar y salud y elemento indispensable para los procesos industriales, alimenticios, médico-sanitarios y, en general, para el desarrollo. ¡Empecemos por tomar conciencia!
Sin embargo, en la actualidad nos enfrentamos a un enorme reto: la contaminación de nuestras fuentes de agua más importantes, como son los ríos, los océanos, los canales, los lagos y los embalses.
¿Cuántos kilómetros andarías para conseguir agua? Este es el vídeo con el que UNICEF nos acerca a la cruda realidad que viven los menores en Somalia. ¡Compártelo y difunde su mensaje!
En el post de hoy queríamos mostrarte cómo la falta de agua potable tiene graves consecuencias para nuestra salud y para la del planeta en general. Por eso es esencial hacer un uso responsable del agua y emprender medidas encaminadas a reducir las causas que provocan su contaminación. Aunque parezca un hito inalcanzable, empezando por ser responsables a pequeña escala ya estaremos contribuyendo a la causa. Recuérdalo: ¡está en tu mano!
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